domingo, 17 de septiembre de 2017

La vuelta

¡Hola a todos!

Muchos ya sabéis que decidimos volver por estos lares. Ha pasado casi un mes desde nuestra llegada. Hemos intentado reacostumbrarnos al ritmo, a la rutina, a nuestros nuevos horarios/compañeros/alumnos/diablillos... 

Resultado de imagen para prof de merdeEl primer día, casi sientes ilusión. Te das cuenta de que, aunque seamos profes (y, por lo tanto, adultos) somos iguales o peores que nuestros alumnos. Los directores dan su discurso motivador, les ha costado mucho separarnos de la cafetera del desayuno de bienvenida. Presumen como gallos de los resultados del BAC del año anterior y presentan a los nuevos profes, que saludan tímidamente con la mano. ¿Habría despertado yo la misma compasión que ellos despiertan ahora en mí? Animalicos. Por supuesto, no falta el que llega nuevo, se presenta y nadie sabe quién és ni a qué ha venido porque nadie previno a los directores de su llegada. Ni de su existencia. Los profes de Educación Física forman el grupo de los guays y se van a la última fila a hablar y pasar de todo, aunque los directores nunca reparten los horarios hasta el final para que todos les escuchemos. Tampoco faltan los que anotan todo lo que se dice. Ya lleva dos folios enteros por las dos caras. ¿¿Se lo va a estudiar después?? Se reconoce fácilmente a los profes de inglés porque todos llevan algún adorno con la bandera de [*inserte aquí el nombre de cualquier país anglófono*]. Una vez que se reparten los horarios, parece una competición para ver quién se queja más o más fuerte y nos ponemos todos en modo House of Cards para intercambiar horas, rellenar huecos y salir antes y, sabiendo ya a quiénes tendremos de alumnos, los veteranos meten miedo a los más jóvenes con miradas que dicen «oyoyoyoyyyy, te vas a cagar con esa joyita». Está también el típico que finge ser un pasota pretendiendo que no ha preparado NADA para el nuevo curso, pero todos sabemos que tiene la programación y las clases hechas desde finales de julio. En el otro extremo, están los profes nazis, aquellos que los alumnos temen, que no paran de hablar de sus vacaciones ignorando el discurso de los directores e irán improvisando durante el año.

Como una clase en la que, de un solo vistazo, identificas a los alumnos y sus roles. 

No puedo evitar mirar con ternura a los que son nuevos profes o nuevos en la isla. Me encantaría haber tenido a alguien como yo ahora. ¿Que a qué me refiero?
Pues me refiero a alguien que haya vivido recientemente esa experiencia y que no tenga ningún reparo en dar un par de consejos sin pavonearse, contrariamente a aquellos que ya son veteranos y nos tratan como si ellos nunca hubiesen sido primerizos. En realidad, ellos lo pasarían peor que nadie y quieren que nosotros pasemos por lo mismo. Menuda solidaridad, colega.

Así que... Voy a transmitir lo que a mí me contaron y que, además, me sirvió.

Querido/a babyprof
Sí, sí, tú. El que siente las mariposas (y los taladros) en el estómago veinte segundos antes de entrar en su primera clase. El que tiene en la cabeza discursos e imágenes tipo El club de los poetas muertos y Dangerous Mind, que confía en todo lo que nos contaron sobre pedagogía activa, clases lúdicas y motivación. Lee atentamente estas ideas que aprendí el año pasado. Te ayudarán a sobrevivir en la jungla en la que no sabes que te vas a meter. Son pocas, pero aprenderemos otras  este nuevo año. Seguro.  
1) No seas demasiado profeguay y abierto al principio. Los más diablos lo consideran un punto débil. En lugar de cogerte la mano, te comerán el brazo. Es mejor empezar bien duro, autoritario y exigente y, cuando ambas partes os conozcáis, podrás decidir hasta dónde bajas la guardia. No serás el mismo con todas tus clases y es más fácil  que subir la guardia después. No te dejarán. 
2) No te empeñes en desenvolverte tú solo. Trágate el orgullo. Apunta en una lista todas tus preguntas, por tontas que sean, ficha a los veteranos más abiertos, invítales a un café en la sala de profesores y pregunta. TODO. Apunta sus respuestas... El principio de curso es una sobrecarga de información tal que se te olvidará la mitad de lo que aprendas, y puede que uno de sus consejos lo tengas que aplicar allá por abril. Nunca se sabe. Y a los que te miran/hablan con condescendencia, que les den
3) Nada de culpabilizarse. ¿Una clase ha salido mal? Perfectamente normal. Eso sigue pasando cuando se tienen un montón de años de experiencia a la espalda (me dicen). Puede haber muchos motivos ajenos a nuestras capacidades. ¿Es una clase buena? ¿Es la última hora del día? ¿Es viernes? ¿ES LA ÚLTIMA HORA DE UN VIERNES? Igual ni siquiera hay una razón. Ten siempre chocolate/vino en casa, ten tu momento de pausa, arriba esa moral y a por ello.  
4) No quieras tener todo bajo control. Al principio, es imposible. Tendrás varios frentes abiertos: Investigar, buscar material, crear material, enlazarlo, programar, corregir, acudir a reuniones, dar horas extras, tener vida personal en casa... Ve uno por uno. Poco a poco, serás capaz de hacer todo a la vez medianamente bien. Lo demás, viene solo.  
5) No sigas a rajatabla lo que aprendiste en la universidad. Cada clase es un mundo. Cada alumno es un mundo. Analiza, observa, decide y entonces aplica. ¿Nivel de concentración? ¿Nivel de autonomía? ¿Nivel de español? ¿Comportamiento? ¿Cuál es el rol de cada uno? ¿Qué temas les interesan? Me recomendaron empezar dictando en voz alta las normas de comportamiento y desarrollo de mis clases. Observa sus reacciones y te harás una idea de a quién tienes delante.  
6) No te consideres responsable de su aprendizaje ni de su progreso. No aprenderán si no tienen interés. No somos domadores con látigo en mano para obligarlos. Hay que conseguir que colaboren progresivamente, ya sea tratando temas que les interesen, negociando con ellos o estimulando la competición PERO volviendo al nº4: poco a poco. 
7) No te agobies por el ritmo escolar. No todas las clases trabajan al mismo ritmo. Ni todos los profes. Hay que combinar ritmo militar con momentos de relax. Cambiar de actividad les ayudará a no perder la concentración. No es lo mismo ser exigente que forzar. Si forzamos, nos rebotará y no habrá servido de nada. 
8) Te caerás con todo el equipo y llorarás. Cuando eso ocurra, sé consciente que no será la última vez durante el año. ¡Los que dicen que a ellos no les ocurrió (que los hay), mienten como cochinos! Desahógate, desconecta y vuelve. Recurre a cualquiera de los puntos de esta lista. 
9) Para tu salud mental: busca uno o dos entretenimientos para tu tiempo libre y no los sacrifiques aunque tengas mil exámenes que corregir en casa. Tú también tienes que tener tiempo de relax. Tú tampoco puedes estar concentrado 16 horas trabajando al mismo ritmo. Volviendo al nº4: Poco a poco. Uno por uno. 
Mucho ánimo y no te rindas. Atentamente,
Una que lo pasó muy mal el año pasado, pero que ha decidido seguir. 

Dicen que el primer año de trabajo de un profesor es muy duro.
Los siguientes también, pero nos vamos endureciendo.

Karibou ;)


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