Muchos ya sabéis que decidimos volver por estos lares. Ha pasado casi un mes desde nuestra llegada. Hemos intentado reacostumbrarnos al ritmo, a la rutina, a nuestros nuevos horarios/compañeros/alumnos/diablillos...
Como una clase en la que, de un solo vistazo, identificas a los alumnos y sus roles.
No puedo evitar mirar con ternura a los que son nuevos profes o nuevos en la isla. Me encantaría haber tenido a alguien como yo ahora. ¿Que a qué me refiero?
Pues me refiero a alguien que haya vivido recientemente esa experiencia y que no tenga ningún reparo en dar un par de consejos sin pavonearse, contrariamente a aquellos que ya son veteranos y nos tratan como si ellos nunca hubiesen sido primerizos. En realidad, ellos lo pasarían peor que nadie y quieren que nosotros pasemos por lo mismo. Menuda solidaridad, colega.
Así que... Voy a transmitir lo que a mí me contaron y que, además, me sirvió.
Querido/a babyprof:
Sí, sí, tú. El que siente las mariposas (y los taladros) en el estómago veinte segundos antes de entrar en su primera clase. El que tiene en la cabeza discursos e imágenes tipo El club de los poetas muertos y Dangerous Mind, que confía en todo lo que nos contaron sobre pedagogía activa, clases lúdicas y motivación. Lee atentamente estas ideas que aprendí el año pasado. Te ayudarán a sobrevivir en la jungla en la que no sabes que te vas a meter. Son pocas, pero aprenderemos otras este nuevo año. Seguro.
1) No seas demasiado profeguay y abierto al principio. Los más diablos lo consideran un punto débil. En lugar de cogerte la mano, te comerán el brazo. Es mejor empezar bien duro, autoritario y exigente y, cuando ambas partes os conozcáis, podrás decidir hasta dónde bajas la guardia. No serás el mismo con todas tus clases y es más fácil que subir la guardia después. No te dejarán.
2) No te empeñes en desenvolverte tú solo. Trágate el orgullo. Apunta en una lista todas tus preguntas, por tontas que sean, ficha a los veteranos más abiertos, invítales a un café en la sala de profesores y pregunta. TODO. Apunta sus respuestas... El principio de curso es una sobrecarga de información tal que se te olvidará la mitad de lo que aprendas, y puede que uno de sus consejos lo tengas que aplicar allá por abril. Nunca se sabe. Y a los que te miran/hablan con condescendencia, que les den.
3) Nada de culpabilizarse. ¿Una clase ha salido mal? Perfectamente normal. Eso sigue pasando cuando se tienen un montón de años de experiencia a la espalda (me dicen). Puede haber muchos motivos ajenos a nuestras capacidades. ¿Es una clase buena? ¿Es la última hora del día? ¿Es viernes? ¿ES LA ÚLTIMA HORA DE UN VIERNES? Igual ni siquiera hay una razón. Ten siempre chocolate/vino en casa, ten tu momento de pausa, arriba esa moral y a por ello.
4) No quieras tener todo bajo control. Al principio, es imposible. Tendrás varios frentes abiertos: Investigar, buscar material, crear material, enlazarlo, programar, corregir, acudir a reuniones, dar horas extras, tener vida personal en casa... Ve uno por uno. Poco a poco, serás capaz de hacer todo a la vez medianamente bien. Lo demás, viene solo.
5) No sigas a rajatabla lo que aprendiste en la universidad. Cada clase es un mundo. Cada alumno es un mundo. Analiza, observa, decide y entonces aplica. ¿Nivel de concentración? ¿Nivel de autonomía? ¿Nivel de español? ¿Comportamiento? ¿Cuál es el rol de cada uno? ¿Qué temas les interesan? Me recomendaron empezar dictando en voz alta las normas de comportamiento y desarrollo de mis clases. Observa sus reacciones y te harás una idea de a quién tienes delante.
6) No te consideres responsable de su aprendizaje ni de su progreso. No aprenderán si no tienen interés. No somos domadores con látigo en mano para obligarlos. Hay que conseguir que colaboren progresivamente, ya sea tratando temas que les interesen, negociando con ellos o estimulando la competición PERO volviendo al nº4: poco a poco.
7) No te agobies por el ritmo escolar. No todas las clases trabajan al mismo ritmo. Ni todos los profes. Hay que combinar ritmo militar con momentos de relax. Cambiar de actividad les ayudará a no perder la concentración. No es lo mismo ser exigente que forzar. Si forzamos, nos rebotará y no habrá servido de nada.
8) Te caerás con todo el equipo y llorarás. Cuando eso ocurra, sé consciente que no será la última vez durante el año. ¡Los que dicen que a ellos no les ocurrió (que los hay), mienten como cochinos! Desahógate, desconecta y vuelve. Recurre a cualquiera de los puntos de esta lista.
9) Para tu salud mental: busca uno o dos entretenimientos para tu tiempo libre y no los sacrifiques aunque tengas mil exámenes que corregir en casa. Tú también tienes que tener tiempo de relax. Tú tampoco puedes estar concentrado 16 horas trabajando al mismo ritmo. Volviendo al nº4: Poco a poco. Uno por uno.
Mucho ánimo y no te rindas. Atentamente,
Una que lo pasó muy mal el año pasado, pero que ha decidido seguir.
Dicen que el primer año de trabajo de un profesor es muy duro.
Los siguientes también, pero nos vamos endureciendo.
Karibou ;)
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